Serás
el rey de mi alcoba
de media
cama vacía,
serás
príncipe y señor
en
toda mi algarabía.
Serás
tinta en cada verso,
soberano
de mi reino,
dios
de mi universo,
el
diablo de mi infierno.
Serás
todo en tu ausencia:
mi pan,
mi carne, mi vino,
hacedor
de mi demencia,
gobernador
de mi destino.
Serás
mi mayor creencia,
el pulsar
de mi latido,
el
silencio, la clemencia,
el
refugio, el abrigo.
Serás
ángel de mi guarda
la letra
de mis canciones
acreedor
de mi palabra
la
ley de mis razones.
Serás
la paz en mi guerra,
la calma en mi agonía,
partículas
de mi tierra,
notas
de mi melodía.
Serás
mi guía, mi espada,
razón
de mi desvelo;
en el viaje, la parada,
en
el dolor, mi consuelo.
Si
lloro serás el llanto,
si
río serás mi risa,
si
canto serás el canto
si
corro serás mi prisa.
Conquistador
de mi sangre,
tendrás
bandera en mi vientre
y en
mi espíritu y mi carne
soberanía
por siempre.
Serás
héroe de esta historia,
la nada
en mi vacío,
recuerdo
en mi memoria,
mandatario
total. Dueño mío.
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