
Vamos a dejarlos que lapiden esta insolencia de amarte. Que murmuren por lo bajo, que deshagan a pedazos mi fragilidad. Que intenten desnudar mis intenciones, entre fábulas y mentiras. Vamos a dejarlos que apuñalen por la espalda. Que cuestionen este amor. Hay que permitirles sacar a relucir sus envidias. Vamos a dejarlos…
Mientras tanto bebo el vino de tu boca, porque mejora su sabor. Respiro el aire de tu aliento y te permito una caricia indebida que se esconde de los ojos curiosos que nos miran. Mientras esas bocas se desgastan en hablar de lo inapropiado de este encuentro, nuestras lenguas se acarician sin perder el tiempo. Y me confundo casi desvaída en la humedad de tu beso. Mientras todos intentan descifrar nuestro secreto, se amalgaman tu experiencia y mi curiosidad para que hagamos arte con nuestros cuerpos. Tus manos bajo mi ropa hacen que mi piel se escabulla entre tus dedos. Las caricias se vuelven firmes y certeras, se nos apuran los besos. Mientras el mundo sigue con su impiedad y sus desventuras, en algún lugar, vos y yo permanecemos ajenos a todo desencanto. Para mi mirada no hay mejor asilo que tu cuerpo, y sé que para tus labios el mejor recorrido está en las fronteras de mi piel. No hay límites en ese tiempo, nadie pone restricciones a tanta pasión. La palabra prohibido la dejamos para aquellos que tengan miedo, en mi juridisdicción gobierna la voluntad de tu deseo. Nos embriagamos con tanta carga pasional que cada vez soy más tuya y vos sos cada vez más mío. Creo que ya no sabríamos delimitar nuestros cuerpos. La piel de mi cuerpo está mezclada en tu piel y no podemos distinguirnos uno del otro. ¿Cómo nos va a importar la opinión de los ajenos?
Que maceren nuestros nombres, que nos señalen con el dedo. Que se sienten a prejuzgar, que hablen, como siempre de más, e incluso que nos falten el respeto. ¡Da igual! Sus sentencias terminantes son la sal que alimenta nuestro fuego. Vamos a dejarlos, y nosotros, disfrutemos.
¡Nena, estás llena de pasión y poesía!
ResponderEliminarMe gusta tu manera de contar, de sentir, de ver. Todo lo que tocás se vuelve arte. Ojo con los amores prohibidos! Algunos terminan vendados contra el paredón...
ResponderEliminarMirá lo que tenías escondido!! Resulta que la nena es toda una escritora. Me gusta eso.
ResponderEliminar"En mi jurisdicción gobierna la voluntad de tu deseo" ¡Qué buena oración! Sutil y muy sugerente a la vez.