viernes, 30 de marzo de 2012

A mis ojos, al ápice de mis dedos y a la voz en mi garganta.

A mi olfato descarriado, al lomo de mi lengua, y a todas mis palabras.

A mi mente sin ideas, a los fines de semana.

A mi cintura, a mi abdomen, a mi falda.

Al sudor insatisfecho, a mis orgasmos, a la esperanza.

Al silencio sin sentido, al buen tiempo, a la mala cara.

A mis pies cansinos, a mis dientes y a mis uñas largas.

A la curva en mis oídos, a mis pulmones, a mi diafragma,

A esa remera negra, a los tacos y a tu bufanda.

Al poema de Borges, y al perfume para noches planeadas.

A mi saliva, a mi sangre y hasta a las lágrimas

A mis discos, a mis piernas, al rímel de mis pestañas,

A mi ventana, a las paredes, a las plantas.

Al empedrado, a mi perro, a la casa.

A todo, absolutamente a todo, le hacés mucha falta.