Que se te espinen las manos
y se te seque la boca,
que se oscurezca tu vista
y el agua se vuelva roca;
que las fragancias más lindas
te huelan a cuerpo muerto
que nadie te quiero mucho
y tu futuro sea incierto.
Que el oro en vos sea barro
que se te rompa la risa
y aquello que más valores
se te convierta en ceniza.
Que tus peores pesadillas
sean un día realidades,
que te inunden los fracasos
y se fuguen las verdades.
Que tus más sucios pecados
se sienten sobre tu espalda,
y que dejes este mundo
tras una agonía larga.
Que pises el paraíso
pero que no te sea eterno,
que luego de conocerlo
te pudras en el infierno.